Los fétidos olores que se perciben en Chía, en especial en la entrada del municipio por el sector de su vía variante, tienen desesperados a buena parte de sus residentes, quienes señalan que todo se debe al deficiente alcantarillado con el que se cuenta en esa población al norte de Bogotá
Así lo manifiestan los integrantes de la veeduría de ciudadanos de su única planta de tratamiento de aguas residuales (Ptar). “La calidad de vida en Chía se está deteriorando, y el alcalde, Leonardo Donoso, no quiere declarar la emergencia sanitaria”, afirmó Gustavo Reyes, vicepresidente de VeeduPtar de Chía.
Asimismo, los veedores indicaron que la Ptar prácticamente es obsoleta. “Se diseñó como laguna de oxidación, después le hicieron reformas y optimizaciones que no han servido por el crecimiento poblacional. Y las aguas que le llegan deben ser pretratadas, y en Chía no se hace ese proceso”, indicó Carlos Vargas, presidente de VeeduPtar.
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El problema con la planta de tratamiento fue una consecuencia del acelerado crecimiento poblacional que ha tenido Chía y causado por el auge de la construcción de vivienda en la última década, según explicó este grupo de ciudadanos.
La situación por los malos olores, según narraron, se hizo tan insostenible que un centro comercial –a la entrada del municipio– instauró una acción popular para que la Alcaldía realizara las obras correspondientes para que la Ptar ampliara su capacidad. “El centro comercial ganó y, por orden judicial, se debían mitigar los malos olores por los problemas de salud que podían causar”, indicó Ardila.
En 2015, la Alcaldía contrató la ampliación de la planta de tratamiento con una inversión de 19.000 millones de pesos, la cual incluía un equipo de última tecnología, que aunque se compró y se trajo al país, tiene líos en su importación y el dinero que giró el municipio estaría en riesgo de perderse.
“La plata era para comprar e instalarlo en donde está actualmente la planta. Se hizo a través de un ‘leasing’ con Bancolombia, pero la sola importación costaba 5.000 millones de pesos que no estaban previstos; también se requiere de una obra civil, tampoco prevista, además de permisos de vertimientos, con los que tampoco contaban”, agregó Ardila.
En VeeduPtar denuncian que además de los malos olores, los drenajes se podrían reventar en cualquier momento, y que las aguas residuales se están vertiendo en el río Frío, el más importante de Chía y afluente del Bogotá. “Ni siquiera se está cumpliendo con la sentencia del Consejo de Estado para la recuperación del río Bogotá”, agregó Gustavo Reyes.
También les preocupan a los veedores ciudadanos las modificaciones que le hicieron al POT actual de Chía, ya que se busca incrementar en 30.000 las unidades de vivienda, lo que aumentaría la población en 100.000 personas.
¿Qué dice la Alcaldía?
En la Alcaldía de Chía aseguraron que la Empresa de Servicios Públicos del municipio se encarga del manejo de la Ptar, la cual funciona correctamente de acuerdo “con su ficha técnica, teniendo en cuenta su capacidad”.
Aseveraron que por esa razón no se requería declarar la emergencia sanitaria porque “no se configuran las condiciones señaladas por la ley para tal circunstancia” y el 95 por ciento de Chía cuenta con el servicio de alcantarillado.
Añadieron que también se encuentran en el proceso para construir otra Ptar y lograr la cobertura total de alcantarillado. “Ese proyecto está en proceso de aprobación de diseños por la Corporación Autonóma Regional de Cundinamarca”, informaron.
Además, indicaron que el contrato con el que se busca aumentar la capacidad de la Ptar está vigente, además de que, a la fecha, “la tecnología objeto del contrato es propiedad de Bancolombia, y el compromiso adquirido es que se le entregue al municipio, debidamente instalada y en funcionamiento”.
Agregaron que pusieron en conocimiento de la Contraloría departamental, la Procuraduría General de la Nación y de la Fiscalía “la situación en relación con el procedimiento de contratación de la Ptar, mediante el ‘leasing’ ”, y que como el proceso está vigente, “se han adelantado las actividades necesarias para dar su cumplimiento con Bancolombia”. Aclararon que por esta razón, los equipos están en bodega, pero no le pertenecen al municipio.
Sin embargo, aceptaron que en la actualidad la Ptar solo le hace tratamiento al 40 por ciento de las aguas residuales que se producen en el municipio y que el restante 60 por ciento llega al río Frío, pero que lo dirigirán a la segunda Ptar que se va a construir. Aseguraron que sí cumplían con la sentencia del Consejo de Estado para recuperar el río Bogotá porque el 40 por ciento de las aguas residuales que llegan a la Ptar se van al Bogotá “cumpliendo los requerimientos ambientales”.
Respecto a los malos olores que persisten en Chía, señalaron que “aplican un biocatalizador enzimático”, que ha permitido su reducción “significativa con respecto a años anteriores”.
Sobre la preocupación de los veedores por el incremento de viviendas en las modificaciones del POT, en la Alcaldía señalaron que planean construir una tercera Ptar para los nuevos pobladores.
Fuente: El Tiempo /José David Rodríguez