El caso de maltrato animal y canibalismo denunciado en el mes de abril en el refugio animal ‘Vida de pelos’, de Sibaté, no es el único que se ha registrado
Se trata de 'Casanimal' y 'Funprevian', ubicados en los municipios de Zipacón y El Rosal, respectivamente. Según cuentan grupos de defensores que llegaron hasta allí, el ambiente que encontraron podía compararse con el de un campo de concentración donde se respiraba olor a muerte: perros amarrados, desnutridos, con sarna y tumores; pedazos de huesos en el suelo y huecos donde permanecían enterrados algunos cuerpos, eran parte de la escena.
“Le recomendamos a la encargada que no fuera a llevar más animales porque no había agua potable y la situación era difícil", comentó. Sin embargo, el lugar se fue llenando cada vez más y por discrepancias, Disanto se retiró.
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En el 2007 y después de descubrir que los perros se encontraban enfermos y desnutridos, decidió intervenir. Se sacaron 68 de los 105 que encontraron. "Nos fuimos llevando todo, pero ella dijo que tenía derecho a ejercer su vocación. Nos terminó convenciendo y le dejamos 37, pero luego nos enteramos de que se ofreció a recibir voluntariamente animales de otro programa. Terminó con 130", contó.
Según Disanto, cultivadores y vecinos de la zona comenzaron a envenenar a los caninos y algunas personas encargadas de su cuidado entrenaban perros de raza pitbull usando de carnada los animales del refigio.
Por su parte, la Fundación Meraki, quien ha participado en el proceso de rescate y quien tiene a cargo el grupo de 20 gatos, cuenta que felinos vivían en una habitación oscura entre sus heces y orina. “El cambio a la luz y al aire libre les puede afectar, entonces toca empezar un tratamiento para subirles defensas. Algunos tienen problemas de piel y hay tres que son agresivos", señaló.
Aún quedan 87 perros en el lugar, pero todos están a cargo de una persona contratada por el grupo de animalistas. Aunque se está llevando un carrotanque para suministrar agua potable, la prioridad es sacar a los animales lo más pronto posible por las condiciones del predio.
"No hay ninguna persona que haya estado allá que no haya dejado el alma. Que unos seres indefensos hayan vivido esa tortura, no tiene ninguna justificación. La gente estaba impactada no solo por los que ya estaban muertos, sino por el estado lamentable en el que estaban los vivos.
Fuente: El Tiempo