La fuerza militar ha afrontado en el último año una sucesión de escándalos, que van de una polémica directriz, ya retirada, que pedía mejorar resultados poniendo en riesgo a la población civil, una trama de espionaje hasta las recientes denuncias de abusos sexuales y violaciones de menores
En este tiempo cayó un ministro de Defensa por ocultar un bombardeo contra guerrilleros disidentes en el que fallecieron al menos ocho niños y en Navidades renunció alegando motivos familiares el cuestionado jefe del Ejército Nicacio Martínez Espinel. Su sucesor, el general Eduardo Zapateiro, compareció este miércoles ante los medios para informar de las investigaciones sobre los casos de violencia sexual cometidos por uniformados.
El comandante afirmó que desde 2016 se han identificado “118 integrantes de la fuerza relacionados en casos de presuntos actos sexuales abusivos y violentos contra menores de edad”. “Todos estos hechos son conocidos por la Fiscalía General de la Nación y cuentan con investigación disciplinaria, alguna de ella adelantadas por la Procuraduría”, agregó el alto mando.
“De los 118 vinculados, 45 de ellos han sido retirados del Ejército Nacional, porque no son dignos [...]. El restante de los investigados, 73 hombres, se están revisando de manera detallada”. Zapateiro enmarcó esos crímenes en “factores humanos individuales que no siempre pueden ser controlables”. Pero al mismo tiempo reconoció: “Esto nos obliga a revisarnos internamente y a fortalecer los diferentes procesos”.
El Ejército lleva años impulsando, en colaboración con el Ministerio de Defensa, programas y cursos de protección de niños y adolescentes. En septiembre de 2019 firmó un convenio con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y ha puesto en marcha varias iniciativas de prevención a largo plazo. Sin embargo, esta política no ha impedido que se perpetraran unos crímenes sexuales que empezaron a trascender hace una semana y que han estremecido a Colombia.
Eduardo Zapateiro se mostró tajante al condenar los hechos y también en la defensa del Ejército ante las sospechas de que los abusos sexuales representen una conducta sistemática de los soldados. “Quiero ser enfático. Ningún soldado, colombianos.. Escúchese bien, quiero ser enfático. Ningún soldado es entrenado en la institución para atentar contra los derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes”, incidió.