Con votación unánime, el Congreso aprobó la ley que promueve el empleo y emprendimiento juvenil, que entre sus novedades tiene la prohibición de exigir la libreta militar para ingresar a un trabajo
Esta era una de las principales talanqueras para que jóvenes accedieran al mercado laboral, incrementando índices de desempleo y lanzandolos a la informalidad.
Según datos de la Dirección de Reclutamiento y Control de Reservas del Ejército Nacional, para el 2013 se encontraban 565.000 jóvenes entre 18 y 28 años en condición de remisos, quiere decir que más de medio millón de jóvenes no podía ingresar formalmente a un trabajo, con las garantías de ley por la exigencia de este documento.
Para darse una idea, de acuerdo con información del Ministerio del Trabajo, el año pasado terminó con un desempleo del 8.9% y en el sector de jóvenes entre 18 y 28 años llega a 15.3%.
Para que empresarios le apuesten a contratar jóvenes, se les eximirá el pago de cajas de compensación que equivale al 4% de los salarios. Además, en el sector público, donde era casi imposible que un universitario accediera a una práctica laboral por la excesiva tramitomanía. Ahora se eliminará todo el papeleo, se creará bolsa de empleo específica para prácticas en el Estado y serán remuneradas con el salario mínimo.
El coordinador ponente de esta iniciativa, senador Antonio Correa, asegura que “ni la falta de experiencia laboral, ni la libreta militar serán impedimentos para que jóvenes del país puedan vincularse a un trabajo digno y formal. En el país estaba sucediendo algo absurdo: A las personas entre 18 y 28 años no les daban trabajo porque carecían de experiencia, pero también les negaban la oportunidad de adquirirla; y el otro argumento era el no tener resuelta su situación militar. Con esta ley se eliminan esos obstáculos”.
Por su parte, el presidente Juan Manuel Santos dio su apoyo a través de su cuenta en twitter: “¡Avanzamos! @SenadoGovCo aprobó Ley #JovenesSinBarreras, elimina libreta militar para conseguir empleo. ¡Más oportunidades!”.
Fuente: El Espectador