500 hectáreas de bosque que se pierden diariamente en Colombia, que son cerca de 1000 estadios tan grandes como El Campín de Bogotá.
La minería ilegal está acabando con los ríos en Colombia y ha llegado a tal punto su nefasta influencia que hoy cerca del 85 por ciento del oro que está exportando Colombia es producto de esa actividad, alertó la Contraloría General de la República al presentar un balance de sus acciones de control fiscal y seguimiento a los principales daños ambientales del país.
“En comparación con el negocio ilícito de la cocaína, donde el kilo de coca puede estar en el mercado de Colombia por alrededor de los 5 millones de pesos, un kilo de oro ilegal está por el orden de 250 millones de pesos, lo que ha hecho que este negocio se haya disparado y hoy esté contaminando de una manera crítica, no solamente el río Atrato en el Chocó sino también muchos otros ríos, lo que beneficia solamente a unas 4 a 5 grandes organizaciones criminales”, aseguró el Contralor Delegado para el Medio Ambiente, Gabriel Adolfo Jurado.
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Y la situación no para ahí: el 66 por ciento de la minería ilegal en Colombia se hace en zonas de reserva, en Parques Naturales y en Reservas Forestales.
El Delegado de Medio Ambiente habló de lo que sucede en los ríos del país, producto de la explotación ilícita de minerales, que llenan los bolsillos de unas organizaciones criminales que están captando este recurso sin importarles la contaminación que le producen a los recursos hídricos, con minerales pesados como el mercurio, el cianuro y otros que utilizan en tal actividad.
Para Jurado, Colombia está en presencia de una masacre ambiental, ante el creciente fenómeno de la deforestación. En el año 1990, Colombia tenía cerca de 65 millones de hectáreas de bosque y hoy, 32 años después, se está llegando a 59 millones de hectáreas. Es decir, se han perdido más de 6 millones de hectáreas.
Para ser más gráficos, Colombia pierde al día 500 hectáreas de bosque, que para dimensionarlo son cerca de 1000 estadios tan grandes como El Campín de Bogotá, aseguró. La situación se presenta sobre todo en la Amazonía y el departamento del Chocó.
Explicó que esta masacre ambiental se está generando básicamente por algunas situaciones como las siguientes:
- Por la expansión ilegal de la ganadería, inclusive en Parques Nacionales Naturales, como Chiribiquete y Los Picachos, por parte de bandas criminales organizadas.
- El segundo factor detonante son los cultivos ilícitos, grandes responsables de la deforestación en la Amazonía y en zonas del Chocó y el sur occidente del país, como la zona de Tumaco, en el departamento de Nariño.
Para el Contralor Delegado de Medio Ambiente, el gran reto que tiene el estado colombiano no es solamente evitar que los bosques o los recursos naturales se dañen, sino es perseguir económicamente a quienes producen el mismo. “El reto que viene en los próximos años es perseguir los bienes que tienen escondidos estas mafias o a través de testaferros, o quizá algunos en el exterior”, anotó.
“Todos los grupos delincuenciales organizados hacen esto por dinero y la única forma de resarcir los daños ambientales que producen es persiguiendo esa plata, para que una vez se decomise, o entre a las arcas del estado, se utilice a manera de reparación”, subrayó.