Evert Montero, presidente de Fecoljuegos, pone sobre la mesa las expectativas del sector de cara a las posibles reformas del Gobierno y a la situación macroeconómica mundial.
Tan solo el año pasado, la industria de los juegos de suerte y azar generó ingresos por valor de $676.000 millones al sector salud bajo la figura de derechos de explotación. De ellos, el 45% corresponde a los casinos, un ámbito en pleno auge y que no ha cesado de crecer en los dos últimos años.
No obstante, las condiciones macroeconómicas del nuevo año se presentan repletas de interrogantes y preocupaciones, con llamadas a la moderación, dentro de un contexto marcado por inestabilidades políticas -con el conflicto entre Rusia y Ucrania de fondo- y económicas -inflación y crisis energética, entre otras-.
La realidad es que el terreno de los casinos vuelve a hacer frente a una nueva situación de inestabilidad. La primera crisis vino de la mano del confinamiento. No obstante, durante los peores momentos de la pandemia por Covid-19 en el año 2020, cuando la práctica totalidad de casas de apuestas y casinos físicos se vieron obligados a cerrar sus puertas por considerarse establecimientos no esenciales o a incorporar medidas como el carné de vacunación obligatorio, la industria del juego supo adaptarse a la situación de contingencia y salir airosa gracias a su traslación al terreno digital.
De hecho, el sector del juego en línea colombiano experimentó un crecimiento impresionante durante estos años marcados por la pandemia. Los usuarios abrazaron esta nueva modalidad de juego que les permitía divertirse con sus juegos de azar favoritos desde la comodidad de sus hogares.
Entre los más populares, destacan las máquinas tragamonedas como uno de los entretenimientos favoritos de muchos. Si quiere probar suerte apostando en uno de estos juegos, entre ahora en Internet y conozca las nuevas tragamonedas en Colombia para disfrutar de los juegos más novedosos de la web.
Clima de incertidumbre en los casinos
Evert Montero, presidente de Fecoljuegos, órgano compuesto por los principales gremios del juego en Colombia, hace hincapié en el clima de interrogantes que se ha instalado sobre el futuro del juego ante el panorama de inflación y pérdida adquisitiva de la economía: “Sabemos que el dólar no va a bajar de $4.500 y que la caída de poder adquisitivo nos va a afectar, pero no sabemos cuánto. Es como entrar a ciegas en una montaña rusa. Los casinos no son a prueba de recesiones. Las personas se imaginan la opulencia de Las Vegas, pero en realidad 85% del sector está compuesto por pequeñas y medianas empresas, muchas familiares”.
Montero señala la necesidad de mayor regulación y control por parte de las autoridades y el añadido de los interrogantes de la mano de la nueva reforma laboral del Gobierno colombiano: “Otra incertidumbre es la propuesta de reforma laboral. Trabajamos con dos y tres turnos, por lo cual las modificaciones en el recargo nocturno podrían afectarnos enormemente y generar recortes. La misma presión viene con el aumento del salario mínimo. Tampoco sabemos si habrá que pagar más con la anunciada reforma de salud. Pero una amenaza más real para el sector es la ilegalidad. Hay 50.000 máquinas ilegales en el país, un tercio del total. Estas máquinas no están sujetas a impuestos por lo que pueden dar premios más generosos. Es una competencia difícil.”