La humanidad sueña buscando maneras de reducir el cansancio y la cotidianidad que representan algunas labores dejando en manos de la tecnología esas tareas repetitivas que alguien más debería hacer y mientras esto ya ocurre, nace un enemigo laboral invisible que acaba empleos, reduce costos, no se enferma ni pide vacaciones y menos aún paga prestaciones sociales, no protesta, se auto esclaviza todo el tiempo sin decir o hacer nada más que su trabajo, prácticamente es el sueño de todo empleador, se engendra la IA.
No es casualidad que hoy en día, grandes corporaciones de tecnología se empeñen en buscar talentos informáticos que desde la perspectiva de la programación hagan creer a los amantes del dinero que por un sueldo extraordinario temporalmente y sin saberlo, hacen parte de un enorme entramado de automatización que lo único que busca a largo plazo, es la reducción de mano de obra para entrar a controlar sino todo, por lo menos la mayoría de empleos que a futuro no requieran intervención humana a gran escala.

Alimentando la IA a punta de código
Entremos en materia y vayamos entendiendo el asunto, grandes corporaciones de tecnología ofrecen enormes salarios para trabajar remotamente especialmente en el campo de la programación y la automatización con el único fin de recopilar toda forma posible de escritura de código a través de inteligencias artificiales como el proyecto Copilot o CodeWhisperer y otras herramientas que en este instante siguen recibiendo las generosas e ingenuas contribuciones de los programadores que caen redondos ante semejante engaño que en un futuro acabará con miles de empleos tal y como ya está ocurriendo.
Con esto, surge la necesidad de ofrecer la carnada perfecta y nada más tentador que camuflar una aparente buena intención de ayuda y cooperación, una maniobra con doble sentido y requerida para decirle a un empleado, en este caso en principio a un programador y posteriormente a quien pierda su empleo por cuenta de las maravillas de la programación, que su puesto de trabajo ya lo hace alguna función automatizada y que por consiguiente, su mano de obra ya no es necesaria y en el caso del programador un “muchas gracias por su cooperación, hay tiene su plata” pero esto quedará en manos de expertos de mayor nivel que ya tienen los códigos necesarios para ser supervisados y mejorados con unos cuantos clics por supuesto ahorrando mano de obra que ya no será necesaria, al menos no masivamente mientras el trabajo se completa a gran escala puesto que las bases de datos de toda forma de escritura de código estarán controladas desde enormes corporaciones y que al final con estos datos, reflejaran la verdadera naturaleza de sus intenciones en la reducción del empleo humano reemplazado por máquinas y funciones automatizadas.
Miles de despidos sin precedentes
Si lo anterior no convence aun a los incrédulos, entonces deberíamos ver muy de cerca el caso de Elon Musk en Twitter y Mark Elliot Zuckerberg en Meta (Facebook, Instagram y otros sub negocios) y por supuesto el reciente caso de Amazon, cuyos despidos se producen bajo algunas circunstancias complejas pero que sin duda tienen un factor en común: la programación y la automatización cuya implementación género mano de obra necesaria para hacer que la tecnología reemplace puestos de trabajo por funciones automáticas que eran desarrolladas por alguien que con toda probabilidad y en su momento contribuyó en menor o mayor grado a automatizar lo que otra persona venía haciendo con sus manos e intelecto.
Es monstruoso ver como esta forma de automatización está dejando a miles sin empleo, esto no tiene vuelta de hoja, hace parte de la agenda programática del frenesí y la nueva moda laboral informática que se vende como pan caliente y que envuelve las mentes menos propensas a detenerse y pensar por un momento a dónde llevará todo esta asunto dado el dineral que pagan por programar.
Si señoras y señores, la inteligencia artificial a través de la programación y la automatización gustenos o no, llego para quedarse y reducir empleos conforme pase el tiempo y migren toda clase de trabajos posibles que no requieran mano de obra, ya sucedió con la industrialización, ahora es el tiempo de la informática a gran escala. Nadie habría pensado que el último empleo que podría extinguirse sería el de utilizar un azadón y sembrar nuestra propia comida, pero hasta un bello, noble y humilde oficio se podría automatizar si es que por desgracia ya sucede dejando los callos por escribir código.