Cuentan los abuelos que las “carameleras” eran señoras que iban promocionando el tradicional caramelito rosado guardado en su canasto, esperaban en las afueras de la estación del tren a los visitantes del municipio para ofrecer este delicioso producto.
La tradición fue tal que incluso el conocido cantautor Jorge Veloza compuso una canción a este caramelo que hizo famosa esta tierra salinera, pues los visitantes no solo tenían como destino la Catedral de Sal sino también este delicioso manjar fabricado por las mujeres zipaquireñas.
Elecciones regionales: Nancy Patricia Gutiérrez, entre escándalos y polémicas nacionales ¿Está preparada para ser Gobernadora de Cundinamarca?

Una dulce historia
Política: Jorge Emilio Rey fortalece lazos políticos durante su visita a San Francisco, Cundinamarca
El caramelo rosado de Zipaquirá, fue quizás una de las primeras industrias artesanales del municipio. Su fabricación permitió que las mujeres indígenas y campesinas se vincularan laboralmente con este oficio, durante la conquista española. Posteriormente el caramelo se convirtió en una producción a pequeña escala, que paso de generación en generación hasta nuestros días.
Le interesa: Emisora comunitaria de San Francisco, Cundinamarca recibe donación para mejorar su infraestructura radial
El caramelo rosado está elaborado con agua, limón y azúcar. Conocido en España como esponjado, volado, pan o panela de azúcar. Se prepara en pailas de cobre y cuando el almíbar está hirviendo se le agrega tintura que produce el color rosado o rojo brillante.
Actualmente, la mujeres que comercializan este producto se pueden ver en las zonas circundantes del Parque principal, carrera 15 y en el Parque Villaveces, aunque la tradición y consumo de este dulce ha disminuido notoriamente, no se puede negar la transcendencia histórica y gastronómica de este producto insigne de Zipaquirá.
Comunicado Oficial ataque verbal a la prensa regional en San Francisco Cundinamarca
