Zipaquireños indignados han iniciado una serie de protestas por toda la ciudad con el fin de reclamarle al gobierno del alcalde Wilson García y exigirle un óptimo servicio en el suministro del agua potable.
El problema no es para menos pues desde hace varios años se vienen presentando largos racionamientos en el suministro de agua potable en diferentes sectores de la ciudad provocando millonarias pérdidas al sector comercial y claramente problemas de salubridad en las viviendas. Incluso instituciones educativas han tenido estos problemas desde hace 7 meses, en donde el estudiantado ha tenido que usar baldes de agua para suplir la carencia de este líquido vital para limpiar las baterías sanitarias del colegio o asearse.

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De esta manera los estudiantes de la Institución Educativa La Granja el pasado miércoles 16 de mayo decidieron realizar una marcha y protestar por el completo abandono de este plantel educativo por parte de la Alcaldía de Zipaquirá. A ellos se suman otro sector de la ciudadanía que desde el jueves 17 de mayo iniciarán protestas con el fin de que se busquen soluciones a esta problemática que se ha vuelto insostenible y que se acrecenta con el desmedido número de licencias de construcción que ahora tiene la ciudad.
El problema del crecimiento urbano
El crecimiento urbano acelerado en Zipaquirá ha sido impulsado por diversos factores, como el aumento de la población, la migración hacia la ciudad en busca de oportunidades laborales y el desarrollo de actividades económicas. Esta situación ha generado una mayor demanda de servicios básicos, especialmente el suministro de agua potable.
El principal desafío al que se enfrenta la ciudad es la falta de infraestructura adecuada para abastecer de agua a todos sus habitantes. Los sistemas de tratamiento y distribución de agua existentes no han sido suficientemente actualizados y expandidos para satisfacer la creciente demanda.
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Como resultado, las autoridades locales han tenido que implementar racionamientos de agua potable en diferentes sectores de la ciudad. Esto implica establecer horarios o días específicos en los que se suministra agua a determinadas áreas, mientras que en otros momentos se interrumpe el suministro. Estos racionamientos han afectado negativamente la calidad de vida de los habitantes, generando incomodidades e impactando en las actividades diarias, como la higiene personal, el lavado de ropa y utensilios, así como en la operación de negocios y servicios públicos.
Ante esta problemática, se están considerando diversas soluciones a largo plazo. Una de ellas es la ampliación y modernización de los sistemas de tratamiento y distribución de agua existentes. Esto implica la construcción de nuevas plantas de tratamiento y la mejora de la infraestructura de distribución, con el objetivo de aumentar la capacidad de suministro y garantizar un servicio más confiable y continuo.
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Cuidar el agua está en manos de todos
Es fundamental promover un uso responsable y eficiente del agua entre los habitantes de Zipaquirá. La educación y concientización sobre la importancia de conservar este recurso vital son clave para garantizar la sostenibilidad a largo plazo. La implementación de políticas de gestión del agua, como la reutilización de aguas grises y la detección y reparación de fugas, también pueden contribuir a reducir la demanda y optimizar el uso del recurso.
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