A las sesiones asistieron mujeres mayores, niños y hombres que, tanto en las veredas como en el casco urbano, alcanzaron a disfrutar de los beneficios de esta práctica
La Administración Municipal de Cogua, por medio de la Gerencia de Desarrollo Social y Comunitario, celebró el año pasado un contrato con la médico cirujana especialista en medicina alternativa, Ángela Moreno en el cual se buscaba garantizar bienestar a los habitantes del municipio mediante la práctica de yoga.
Sin embargo, las clases duraron poco ya que un mes después del inicio del contrato, preocupados, los estudiantes se acercaron a la profesora para contarle que el sacerdote del municipio Herly Yesid Vargas, habría advertido a sus feligreses que, quien asistiera a las clases de yoga tendría que confesarse ya que esta práctica afecta la espiritualidad de los feligreses.
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Aunque la práctica occidental de yoga no necesariamente está relacionada con la religión, enfocándose en el bienestar corporal y mental, el sacerdote habría advertido que esta práctica no iba de la mano con la fe. Así mismo, habría presionado a las Juntas de Acción Comunal a no permitir llevar a cabo las sesiones en los salones comunales de las veredas.
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La presión llegó a oídos de la alcaldesa Flor Murcia quien, después de analizar la situación con la médico Angela Moreno, decidió terminar el contrato.