
En la noche del pasado lunes 7 de noviembre y madrugada del martes, miles de habitantes de varios barrios en Zipaquirá, Cundinamarca, empezaron a sentir el rigor del invierno con la inundación de aguas negras en sus locales comerciales y viviendas.
Los afectados se ubican en el centro de la población y zonas aledañas. En la mañana del martes 8 de noviembre se sintió con fuerza lo que fue una de las noches más caóticas que ha vivido esta población, pues centenares de comerciantes madrugaron a arreglar y desechar el agua de sus locales que inevitablemente dañaron mercancía e incluso inmuebles.

El agua que llegó a un metro de altura dejó a centenares de comerciantes en incertidumbre pues sus productos quedaron averiados y el panorama deslumbra que las lluvias seguirán en el departamento.
La accidentada noche dejó también sin clase a los estudiantes del colegio San Juan Bautista de La Salle y un sinnúmero de viviendas que continúan evacuando agua y reparando sus enseres.
Las fuertes lluvias con descargas eléctricas en la zona del páramo de Guerrero propiciaron la crecida de los afluentes esto ocasionó que se desbordara la quebrada La Artesa que baja por el barrio La Concepción, ocasionando taponamientos y desbordamientos por toda la calle sexta.
Parte de la problemática se debe al crecimiento desmesurado del sector urbano de la ciudad que ya no cuenta con una red de alcantarillado óptima para la densidad poblacional que tiene Zipaquirá, pero sin lugar a dudas la mayor causa es el desinterés de la población que a diario arroja basuras a las vías ocasionando taponamiento en las alcantarillas.