- Por primera vez el cantante y guitarrista nicaragüense estuvo en suelo cajiqueño ofreciendo un concierto
- Tony Meléndez dejó un mensaje de esperanza y paz para los cajiqueños
- Este multitudinario concierto lleno a los expectadores de esperanza y fé
A Tony Meléndez no le afecta en lo absoluto decir que no tiene brazos. Todo lo contrario es su bandera principal para demostrarle al mundo que las limitaciones están en la mente y que si él, sin brazos, puede tocar una guitarra, cualquier puede hacerlo. Que si él puede conducir un carro, cualquiera puede y que si él puede cantar con el corazón, cualquiera puede hacerlo.
Ese fue el mensaje principal que nos dejó este guitarrista que nació sin brazos y que por primera vez estuvo en Cajicá ofreciendo un concierto. Su día en el municipio inició muy temprano, fue en la rueda de prensa cuando por primera vez tuvo contacto con los cajiqueños. Diferentes medios de comunicación locales y regionales tuvieron la oportunidad de preguntarle sobre su vida, sus costumbres, su evolución como persona y como músico.

También estuvo Cristian Bedoya, un pequeño de 10 años que vive en Cajicá y que a falta de una de sus piernas, tuvo la inquietud de saber cómo se sentía Tony a su misma edad. Tony se acercó a Cristian y le dijo: “a tu edad yo aprendí a quererme. No sientas que porque te falta algo no puedes hacer las cosas. Eres grande, eres impresionante, piensa en eso”.
El alcalde de Cajicá, Orlando Díaz Canasto, también participó y le agradeció a este luchador de la vida por venir a Cajicá, para ser un ejemplo para todos sus habitantes.
En la noche, el esperado concierto llenó por completo el Coliseo Fortaleza de Piedra. Fueron muchos los cajiqueños que se volcaron para recibir por sí mismos el testimonio de este cantante. El espectáculo inició con la Santa Misa, el concierto de la agrupación Mater y luego, apareció sobre el escenario Tony, con un grito al unísono de todos los asistentes, que llenaron por completo el Coliseo.
Sus mágicas tonadas invadieron los corazones de los asistentes. Relatos de su infancia, de cómo para sus hermanos fue difícil crecer con un niño sin brazos, de su padre, de su cercanía con Dios y de cómo gracias a Él ha logrado superar todos sus obstáculos, hicieron de este concierto un emotivo espacio para todos los cajiqueños.
“No llegué a donde estoy, sin el amor de Dios, si yo he podido, ustedes pueden y más. Tony Meléndez solo quiere que sus corazones alberguen felicidad y que en Colombia haya paz y esperanza”, dijo.
Luego del concierto, Tony tuvo un espacio a solas en el camerino con dos pequeños: una niña de seis años con discapacidad visual y un bebé de tres meses que también nació sin brazos. Un espacio emotivo que llenó de alegría a los padres de los dos niños y que les dio esperanza y tranquilidad.